The paradox of productivity against creativity

La paradoja de la productividad contra la creatividad

By Carmen Seijas

1 comentario

“Es peor quedarse donde uno no pertenece en absoluto que andar perdido por un tiempo y buscando el parentesco psíquico y anímico que uno requiere”

Clarissa Pinkola Estés

Solía ​​ser un adicto al trabajo, era algo de lo que estaba muy orgulloso. Defendía y justificaba mi adicción a diario.

Con el tiempo me di cuenta de lo equivocado que estaba al reducir mi autoestima a mis expectativas sobre mis capacidades productivas, llegué a un punto en que mi amor por la creación y las cualidades curativas que tuvo para mí toda mi vida desaparecieron y fueron reemplazadas por pesadez, apatía. y rechazo

La creatividad no se puede poseer, ni ella nos posee, somos parte los unos de los otros. Esta concepción de la no posesión no es fácil de digerir, pero es una realidad.

La creatividad es parte de la cognición humana, es la capacidad de resolver problemas a través de asociaciones de ideas, de esta manera podemos entender que experimentamos con nuestra creatividad desde el momento en que nos despertamos, en el momento en que recorremos nuestra despensa para hacer el desayuno. .

Realmente, si quisiéramos buscar una palabra que defina a un ser humano, esta sería la palabra creador . Dejando de lado por supuesto las visiones religiosas y deidades de la palabra “creador” y quedándonos con el significado más básico, el ser humano es un ser con capacidad de crear.

Lamentablemente nuestra educación lo explica de manera muy diferente y nos posiciona directamente como productores, dejando sobre nuestros hombros el peso de la expectativa que esto conlleva. No debería sorprendernos que esta realidad sea una de las principales causas de los bloqueos creativos.

Comenzar por percibirnos como creadores y no como productores es el primer paso para reconectarnos con el flujo creativo. La palabra creador activa muchas ideas en nuestra mente y una de ellas es el tiempo , un tiempo de comprensión, de bondad para el procesamiento que nos permite crear. Como productores, nuestro inconsciente nos envía insumos ligados a la productividad, como la velocidad o priorizar la cantidad sobre la calidad, e incluso en las versiones más retorcidas de la autotortura nos pide velocidad y calidad.

Por estas razones es tan vital dejar de lado nuestra visión como productores si queremos reconectarnos con el flujo natural de nuestra creatividad. Y claro, como muchas otras cosas, esto es más fácil decirlo que hacerlo, la productividad es adictiva, cuando terminamos una tarea segregamos dopamina, que es maravillosa e imprescindible. Pero los extremos son malos, cuando entramos en ciclos de adicción a la productividad lo que nos está pasando es que somos adictos a nuestra querida dopamina.

Una forma muy básica y sencilla de restaurar el flujo de creatividad saludable - productividad es tomar el control de nuestras fuentes de dopamina y buscar diferentes formas de obtenerla. Las fuentes clásicas de dopamina son: el deporte, el sexo, las relaciones interpersonales de calidad, la meditación, etc.

La creatividad es intrínseca al ser humano pero cuanto más la trabajemos más ágil será, a través de la búsqueda de dopamina en distintas fuentes la expondremos a nuevos estímulos.

Cada vez que probamos algo nuevo y no nos gusta, estamos un paso más cerca de definir lo que queremos.

¡Normalicemos estar perdidos para encontrarnos!

*** English ***

“Es peor permanecer en un lugar al que no perteneces 
que rondar durante un tiempo perdido 
buscando la conexión psíquica y espiritual que requiere”

— Clarissa Pinkola Estes

Solía ​​ser una adicta al trabajo, era algo de lo que me sentía muy orgullosa, defendía y justificaba mi adicción día a día.

Con el tiempo me he dado cuenta de lo equivocado que estaba al reducir mi valor propio a mis expectativas sobre mis capacidades productivas, llegué a un punto en que mi amor por la creación y las cualidades sanadoras que había tenido para mi durante toda mi vida desaparecieron y fueron sustituidas por pesadez, cansancio y rechazo.

La creatividad no puede ser poseída, ni nos posee a nosotras, formamos parte la una de la otra . Está concepción de no posesión no es fácil de asumir, pero es una realidad.

La creatividad forma parte de la cognición humana, es la capacidad de resolución de problemas a través de asociaciones de ideas, de este modo podemos entender que experimentamos con nuestra creatividad desde que nos despertamos, en el momento en que rebuscamos en nuestra despensa para hacer el Desayuno.

Realmente, si quisiéramos buscar una faceta que definiese al ser humano esta seria la de creador. Dejando ir por supuesto las visiones religiosas y endiosadas de la palabra “creador” y quedándonos con el significado mas básico, el ser humano es un ser con la capacidad de crear.

Desgraciadamente nuestra educación lo explica de una manera muy diferente y nos posiciona directamente como productores, dejando sobre nuestros hombros el peso de la expectativa que esto conlleva. No nos ha de sorprender que esta realidad es una de las primeras causas de bloqueos creativos.

Comenzar percibiendonos a nosotras mismos como creadoras y no como productoras es el primer paso para reconectar con el flujo creativo. La palabra creadora activa en nuestra mente muchas ideas y una de ellas es tiempo, un tiempo de comprensión, amabilidad y procesamiento que nos permitan crear. Como productoras, nuestro mente inconsciente nos envía entradas vinculadas a la productividad, como velocidad o priorizar cantidad mas que calidad, e incluso en las versiones mas retorcidas de auto-tortura nos pide velocidad y calidad.

Por estas razones es tan vital dejar ir nuestra visión de productores si queremos reconectar con el flujo natural de nuestra creatividad. Y por supuesto, como muchas otras cosas, esto es más fácil decirlo que hacerlo, la productividad es adictiva, cuando terminamos una tarea segregamos dopamina, lo cual es maravilloso e indispensable pero, los extremos son malos, cuando entramos en ciclos de adicción a la productividad lo que nos está pasando es que somos adictas a nuestra querida dopamina.

Una manera muy básica y sencilla para restaurar el flujo de creatividad - productividad sana es tomar control de nuestras fuentes de dopamina y buscar diferentes maneras de conseguirla. Clásicas fuentes de dopamina son: deportes, sexo, relaciones interpersonales de calidad, meditación, etc.

La creatividad es intrínseca al ser humano pero cuanto mas la trabajemos más ágil será, a través de la búsqueda de dopamina en diferentes fuentes la expondremos a nuevos estímulos.

Cada vez que probamos algo nuevo y no nos gusta es un paso más cerca que estamos de definir que queremos.

¡Normalmente estamos perdidos para encontrarnos!

1 comentario

  • Fantástico!! realmente muy necesario tenerlo presente y practicarlo. Yo estoy necesitando también disfrutar del proceso de creación sin prisas!!

    Sonia en

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