El Sueño

El Sueño

By Carmen Seijas

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Una noche de verano en Collserola.

**Vamos a situar la acción dejando claro que no soy la persona más valiente o intrépida con la que te hayas encontrado.

Una noche de verano en Collserola fuimos de excursión por el bosque buscando un sitio en el que poder acampar. El bosque es muy diferente a Galicia, la tierra está seca y arcillosa, los arboles también parecían estar secos y quebradizos, eran muy bajos, daba la impresión de que podía asomar la cabeza por encima de las copas. 

Nos planteamos dormir bajo la arboleda en una zona mas o menos plana en la que habian caido bastantes hojas haciendo que el suelo pareciese acolchado. Aunque la situación parecía ideal había algo de ese bosque que no me invitaba a quedarme, insistí en buscar un claro o una zona abierta. Después de hablarlo durante un rato e inspeccionar la zona nos buscó a movernos, en ese momento tras nosotras apareció una figura de un hombre alto y serio, nos quedamos quietas y nos miró sin decir palabra, pasó a su lado sin que se inmutase a mirarnos , y él continuó su camino atravesando la frondosidad del bosque en dirección hacia lo que parecía la nada.

Esta aparición concluyó lo que sospechaba mi intuición y necesitaba salir del bosque, después de caminar durante un buen rato encontramos un claro muy grande cerca a un pinar, era una noche de luna llena y la luz plateada lo alumbraba todo. Los pinos eran altos y robustos, su silueta se proyectaba en el cielo estrellado.

Montamos nuestro campamento en el centro del lugar, lo rodeaba el bosque creando una especie de circulo muy amplio, la vegetación en la zona era de arbusto seco y los suelos de arcilla y roca. Encendimos el fuego y cenamos en silencio disfrutando del aire fresco y de la luz tranquila de la luna.

Cuando el fuego comenzó a apagarse quizás que era la hora de dormir, dentro de la tienda de campaña se escuchaba azuzar al viento como si fuera tramontana, lo cual era imposible en la zona en la que estábamos. El sonido del viento y el cansancio me llevaron a un estado de duermevela en el cual comencé a percibir la sensación de que la tienda de campaña estaba rodeada de hombres quietos en circulo. Justo cuando estaba tratando de convencerme a mi misma de la imposibilidad de esa situación mi acompañante comenzó a hablar en sueños murmurando “hay unos hombres fuera de la tienda”, como si fuera la protagonista suicida de cualquier película de terror me abalancé a abrir la cremallera y a comprobar lo que ambos estábamos pensando, una vez fuera me encontré con un claro totalmente vacío alumbrado con la luz de la luna, el claro era enorme y el bosque que lo rodeaba parecía un mar oscuro de arboles negros.

Ahí de pie, quieta delante del fuego apagado, mirando a dos pinos enormes que enmarcaban la entrada al bosque me di cuenta de que no había nada de viendo pero seguía escuchando el ruido ensordecedor de aire chocando con las copas de los arboles, miré a mi alrededor y efectivamente todo el bosque se movía enfurecido con el viento, pero el claro era como el ojo de un huracán, todo estaba calmado en una paz muy extraña. 

Aturdida decidió volver a la tienda y dormir pensando que debía ser producto de la falta de sueño, que mi percepción de la realidad no estaba de mi lado en ese momento. Yo dormí.

En mi sueño yo era yo, es decir, mi cuerpo físico, no me veía desde lejos o en tercera persona, estaba en mi cuerpo. Mis ojos vieron un fondo negro como el cielo estrellado, ante el a mi izquierda una figura encapuchada de espaldas me explicaba un dibujo que yo debía hacer, en el aire trazaba en línea blanca sobre el fondo negro un útero con ovarios de serpiente, el útero contenía una noche estrellada, el universo y el momento, ese “ahora” tan anhelado. En el sueño me dirigía a la figura y le decía que no podía hacerlo, no solo eso, si no que no quería, prácticamente lloraba porque sabía que no había otra opción. La figura parecía perder la paciencia y decía que “tenía” que hacerlo.   

Me desperté cuando ya había salido el sol, escribí el sueño en mi diario para no olvidarme de ningún detalle.

En cuanto volví a mi taller lo dibujé, y con el paso de los años lo dejé evolucionar dos veces.

***Inglés***

Una noche de verano en Collserola.

**Vamos a situar la acción dejando claro que no soy la persona más valiente ni la más intrépida con la que os habéis cruzado.

Una noche de verano en Collserola salimos de excursión buscando un sitio donde pasar la noche. El bosque es muy diferente al de Galicia, la tierra es seca y arcillosa, los árboles también parecían secos y quebradizos, eran muy bajos, parecía que se podía asomar la cabeza por encima de las copas de los árboles.

Planeamos dormir debajo de los árboles en un área plana donde las hojas habían caído, haciendo que el suelo pareciera acolchado. Aunque la situación parecía ideal había algo en ese bosque que no me invitaba a quedarme, insistí en buscar un área abierta. Después de hablar un rato e inspeccionar el área decidimos buscar otro lugar, en ese mismo momento apareció detrás de nosotros la figura de un hombre alto y serio, nos quedamos quietos y nos miró fijamente sin decir una palabra, lentamente comenzamos a caminar. camino y pasó a su lado sin que él siquiera se inmutara al mirarnos, siguió su camino a través de la espesura del bosque en dirección a lo que parecía ser La Nada.

Esto confirmó lo que sospechaba mi intuición y decidimos abandonar el bosque. Después de caminar por mucho tiempo encontramos un claro del bosque, era una noche de luna llena y la luz plateada lo iluminaba todo. Los pinos eran altos y robustos, y su silueta se proyectaba contra el cielo estrellado.

Montamos nuestro campamento en el centro del lugar, el bosque lo rodeaba creando un amplio círculo, la vegetación de la zona era arbustiva seca y los suelos arcillosos y rocosos. Encendimos el fuego y cenamos en silencio disfrutando del aire fresco y la tranquila luz de la luna.

Cuando el fuego empezó a extinguirse decidimos que era hora de dormir, dentro de la tienda podíamos escuchar el viento azotando como si fuera * tramontana , lo cual era imposible en la zona donde estábamos.

El sonido del viento y el cansancio me llevaron a un estado de sueño en el que comencé a percibir la sensación de que la tienda estaba rodeada de hombres parados en círculo. Justo cuando estaba tratando de convencerme de la imposibilidad de esta situación, mi compañero comenzó a hablar en sueños, murmurando "hay unos hombres afuera de la carpa", como si yo fuera el protagonista de cualquier película de terror, me apresuré a abrir. Abrí la cremallera y comprobé lo que ambos estábamos pensando que estaba esperando afuera, una vez que salí descubrí que no había nadie allí, el espacio estaba iluminado por la luz de la luna, el claro del bosque era enorme y a nuestro alrededor parecía ser un mar oscuro de árboles negros.

Allí de pie, aún frente al fuego extinguido, mirando dos enormes pinos que enmarcaban la entrada al bosque me di cuenta que seguía escuchando el ruido ensordecedor de los vientos chocando contra las copas de los árboles pero desde donde yo estaba parado todo estaba en calma, miré Subí al bosque y pude ver todos los árboles que se movían furiosamente con el viento.

Aturdido, decidí volver a la tienda, pensando que debía ser por la falta de sueño, que mi percepción de la realidad no estaba de mi lado en ese momento. 

Me quedé dormido.

En mi sueño yo era yo mismo, es decir, mi cuerpo físico, no me veía de lejos ni en tercera persona, yo estaba en mi cuerpo. Mis ojos vieron un fondo negro como el cielo estrellado. A mi izquierda una figura encapuchada de espaldas me explicaba un dibujo que tenía que dibujar, en el aire empezaron a dibujar una línea blanca sobre fondo negro, un útero con ovarios de serpiente, el útero contenía una noche estrellada, el universo y el momento, ese “ahora” tan esperado. En el sueño le hablo a la figura y le digo que no podía hacerlo, no solo eso, sino que no quería, prácticamente lloré porque sabía que no había otra opción. La figura pareció perder la paciencia y dijo que "tenía" que hacerlo.

Me desperté cuando ya había salido el sol, escribí el sueño en mi diario para no olvidar ningún detalle.

Tan pronto como regresé a mi estudio lo dibujé, y con los años lo dejé evolucionar dos veces.

1 comentario

  • This was amazing! What a miraculous way to bring you to your calling. I really do wonder what this all means. What is the significance of the snake and the ovaries. The connection of the night sky and the uterus makes sense, as the moon is representative of the divine feminine. What a wonderful experience! Thank you so much for sharing <3.

    Joycelyn en

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